domingo, 23 de diciembre de 2012

Más ética, más valores ...



La actualidad está llena de casos de corrupciones, presuntas y, también, innegables, de todos los colores políticos, que infectan nuestro país de norte a sur. Asistimos, cada vez con mayor indignación, aunque todavía, algunos, los menos, con resignación y hasta cierta indiferencia, a los comportamientos corruptos de responsables políticos, altos directivos y funcionarios que, desde el interior de nuestras Administraciones Públicas, bien por iniciativa propia o por incentivos externos, se dejan llevar por estímulos económicos o de cualquier otro tipo, saltándose las reglas establecidas, sin decoro, ni vergüenza.
http://sobrepolitica.com/corrupcion-administrativa-colombia/
Hoy, el descrédito de la política y de sus instituciones está, más que nunca, encima de la mesa. El pueblo clama y demanda, cada vez con más exigencia, un mayor y mejor comportamiento ético de sus dirigentes y evalúa con estándares más exigentes que los aplicados en el pasado (Vilas, 2000; CIS, 1992; CIS, 2000; CIS, 2009; Arenilla, 2011). La lucha contra una democracia complaciente, insensible o incapaz de atajar estas lacras de forma rápida y eficaz, abocada a que sus espacios de poder sean ocupados por personas que valiéndose de los procedimientos democráticos, la vacíen de contenido y de valores convirtiéndola en una máscara que representa al poder pero, carente de legitimación ética y democrática, sólo generadora de injusticias, parece ser la idea que, mayoritariamente, ha surgido y se reafirma con fuerza en la sociedad española.
Y, ante ello, no se trata sólo como algunos pretenden, de aplicar soluciones de marketing político (Puig, 2000; Sancho, 1999) para recuperar el prestigio de “ciertos responsables públicos”. Es mucho más lo que está sobre la mesa, es la necesidad de que dirigentes políticos y, también, directivos y funcionarios, se conviertan en referente y ejemplo de valores para la sociedad, logrando acompasar nuevamente sus valores con los que exigen los ciudadanos para recobrar su confianza y su adhesión a las instituciones democráticas (Arenilla, 2011), … tales como más equidad, ética, justicia, excelencia, integridad, representación, “expertise” o habilidades demostradazas en la gestión encomendada, responsabilidad, transparencia, imparcialidad, accountability o rendición de cuentas, honradez, diligencia, profesionalidad, entre otros[1].
http://www.monografias.com/trabajos70/
No obstante, se debe decir que, actualmente es tal la extensa panoplia de valores, principios y comportamientos exigibles a los dirigentes y servidores públicos, que de cumplirlos “a rajatabla”, haría de ellos una especie de héroes o ángeles sublimes, o como decía Thomas Jefferson, reducirlos a propiedad pública (“cuando alguien asume un cargo público, debe considerarse a sí mismo como propiedad pública”), haciendo, en cierta forma, inviable esta estrategia “agregacionista” de valores de referencia, que aunque necesarios, resultan del todo insuficientes porque siempre la realidad superará el recetario de pretendidas contramedidas éticas que se quieran proponer (Ausín, 2010)[2].
Y es que, en los últimos años, ha proliferado abundante normativa sobre los parámetros éticos en los que enmarcar la actuación de los servidores públicos, a distintos niveles (central, autonómico, local), con leyes, códigos/manuales de buena conducta, de conflictos de intereses, etc., en un intento de clarificar el camino a seguir en el desempeño de las funciones públicas encomendadas. Sin embargo, no parece que los resultados hayan sido los esperados.
Pero, la ética pública no es algo novedoso que haya surgido “como moda” en las últimas décadas. Históricamente, la ética pública ha sido un instrumento poderoso que ha auxiliado a la política para alcanzar su objetivo de velar por la pluralidad de intereses de los gobernados, moderando deseos de políticos y funcionarios, enfocando su preocupación al bien general (Diego, 2001)[3]. Así, el tema de la ética ha estado presente en la historia del pensamiento político con Diógenes, Sócrates, Platón, Aristóteles, Plutarco, Séneca, Cicerón, Confucio, San Agustín, Santo Tomás, Kant, Spinoza, Gracián, Bertrand Russell, Hegel, Hobbes, Rousseau, Weber, etc. Y, entre contemporáneos como John Rawls, Alasdair Mac Intyre, Hans Kung, Meter Ulrico, Warren R. Coeland, J. Philipz Wogaman, Karl Otto Apel, Jüergen Habermas, etc. También, entre autores españoles encontramos pensadores como el destacado administrativista Posada Herrera[4], quien hace ya más de cien años hablaba de “ciertos principios inmutables e independientes de la voluntad del legislador”, que “son de todos los tiempos y de todas las leyes”. Pero, Posada Herrera fue mucho más allá, entroncando con el pensamiento moderno, al decir que “todo lo que tienda a destruir el principio de la conservación de la sociedad y a detener la marcha de su progreso, será contrario a las reglas de buena administración”. Además, las referencias de autores españoles a citar sobre este tema son numerosas, destacando, entre otros muchos a Fernando Savater, Victoria Camps, Adela Cortina, Javier Muguerza, José Luis Aranguren, Jesús González Pérez, Manuel Villoria o Jaime Rodriguez de Arana, etc. En este sentido, recordando a Pi y Margall, en sus cartas sobre la Moral, “el sentimiento de la propia dignidad y el respeto de la ajena son, a no dudarlo, la “conditio sine qua non” de las sociedades”[5].
Por tanto, parece que no se trata de normar/reglar o legislar, sin más. Como dice Cortina (1998), “la confianza entre las instituciones y las personas no se logran multiplicando los controles, sino reforzando los hábitos y las convicciones. Esta tarea es la que compete a una ética de la Administración Pública; la de generar convicciones, forjar hábitos, desde los valores y las metas que justifican su existencia”. En este mismo sentido, Victoria Camps (1985) señala que, lo importante es “la voluntad de aceptarlos por parte de quienes tienen que suscribirlos, así como la creencia de que no es inútil tenerlos”.
http://mpyec.blogcindario.com/2009/06/00007-etica-publica-y-moral-privada.html
Así pues, el desafío planteado, es enorme. Encontrar, integrar y contar con personas honestas, íntegras y rectas más allá de sus colores políticos, personas responsables, garantes, cumplidoras, preparadas y formadas que actúen sin olvidar el deber hacia la comunidad a la que representan y para la que trabajan, supone un esfuerzo que para muchos partidos políticos y administraciones se plantea extremadamente difícil, aunque, desde la positividad de quien escribe estas líneas, no inalcanzable por el bien de tod@s.
La sociedad española exige con una voz cada vez más enérgica ante la dura crisis que sufrimos, un nuevo estilo de gobernar de altos responsables de la gestión pública, políticos y funcionarios, en el que realmente los valores de estos políticos y de la Administración se aproximen o se identifiquen con los valores reales de la sociedad española, que en definitiva son los valores que inspiraron y guiaron los Pactos de la Moncloa en 1977 y que permitieron la aprobación de nuestra Carta Magna, piedra angular del ordenamiento jurídico a la que están sujetos todos los poderes públicos y, también, los ciudadanos. Y debe ser desde esta potente brújula, desde donde se determine el marco en el que levantarnos y desarrollarnos de nuevo, pero con más transparencia, equidad, justicia, pero también, más información, presupuestos accesibles, inversiones productivas y eficientes socialmente, con reducción del gasto corriente en su acepción de improductivo y, sobre todo, con el ejercicio de un poder público que se haga de verdad en nombre de los ciudadanos (Arenilla, 2003 y 2011) y por los ciudadanos.
Aunque, como señaló Platón, ...  “en esta guerra, el vencerse a sí mismo es la primera y mejor de todas las victorias” (Diego, 2010).


[1] Del artículo del profesor Canales, titulado “Algunas reflexiones sobre la ética pública”, presentado en el VII Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Lisboa, Portugal, octubre, 2002. Se incluye en el libro “Lecciones de Administración y de Gestión Pública”.
[2] Ver artículo de Txetxu Ausín, “Ni ángeles, ni demonios: ética aplicada al servicio público”, incluido en el libro “Ética y servicio público”, colección Dilemata, 2010.
[3] Diego Bautista, O. (2001), “La ética en los servidores públicos”, UPN, México, 2001.
[4] Ver “Lecciones de Administración”, de Posada Herrera, 1843.
[5] Ver la Colección de Informes y Documentos del Ministerio de Administraciones Públicas, “Jornadas sobre Ética Pública”, 1997.

viernes, 21 de diciembre de 2012

¿Por qué luchamos? (Why we fight?), de Frank Capra




Dentro de las actividades del Modulo 6 que trata sobre “Ética Pública, Buen Gobierno y Transparencia”, impartido por el profesor Sanmartín, se encuentra el visionado del episodio 2 "El ataque de los nazis" (The Nazis Strike), de una serie de siete Documentales titulado "¿Por qué luchamos? (Why we fight?), emitidos entre 1942-1945 y en su mayoría dirigidos por Frank Capra.

En concreto, estos siete documentales de propaganda encargados por el gobierno de EE.UU durante la IIª Guerra Mundial, fueron: 

1.      Prelude to War (Preludio de guerra) (1942): examina las diferencias entre las democracias y los estados fascistas y relata la conquista japonesa de Manchuria y la conquista italiana de Etiopía.
2.      The Nazis Strike (Los nazis atacan) (1943): trata de la anexión de Austria y de las conquistas estratégicas de Checoslovaquia y Polonia
3.      Divide and Conquer (Dividir y conquistar) (1943): se centra en la campaña del Benelux y la caída de Francia.
4.      The Battle of Britain (La batalla de Inglaterra) (1943): trata sobre la victoria de la Royal Air Force contra la Luftwaffe.
5.      The Battle of Russia (La batalla de Rusia) (1943): muestra a los rusos defendiendo Rusia de los alemanes.
6.      The Battle of China (La batalla de China) (1944): trata sobre la agresión japonesa en la masacre de Nankín y los esfuerzos chinos para la construcción de la carretera de Burma y la batalla de Changsha.
7.      War Comes to America (La guerra llega a América) (1945): muestra cómo las agresiones del eje hicieron cambiar de opinión de los americanos contra el aislacionismo.

Los documentales se realizaron, fundamentalmente, por dos razones:

  1. Como respuesta a la película propagandística nazi “El Triunfo de la Voluntad” (Triumph des Willens), dirigida por Leni Riefenstahl, estrenada en 1935, en la que se mostraba el desarrollo del Congreso del Partido NacionalSocialista, en 1934 en Núremberg. El tema principal de esta cinta es el regreso de Alemania a la categoría de potencia mundial, mostrando a Hitler como un mesías que devolvería la gloria a la nación.
  2. Para convencer a la población civil estadounidense de la necesidad de intervenir e involucrarse en la Guerra. Una población castigada duramente por los efectos devastadores de la Gran Depresión, que desconfiaba de un gobierno incapaz de poder poner fin a la crisis y que, además, había incumplido casi todas sus promesas electorales.

Como curiosidades a destacar, comentar que estos documentales se editaron principalmente por William Hornbeck, bajo la supervisión del Departamento de Guerra. Fueron narrados por Oscar Walter Huston, actor ganador de un Oscar, siendo las partes animadas producidas por los estudios Disney, como los mapas animados representando el supuesto progresivo avance del Eje en negro, territorio que deseaban Alemania, Italia y Japón. 

Así pues, merece la pena visualizar estas cintas, enmarcándolas en el momento histórico que narran, para comprender no sólo la tremenda situación que vivió la población civil, sino también para atisbar los potentes intereses económicos y políticos que se movieron a ambos lados.

Aqui os dejo el enlace para los interesados en estos documentales:



domingo, 9 de diciembre de 2012

Policy Networks & Políticas Medioambientales


Las complejidad y diversidad que han adquirido las políticas públicas en las sociedades de hoy, fomentan la participación de actores tanto públicos como no públicos (instituciones, organizaciones, grupos, individuos), que se relacionan entre sí y son interdependientes (Kriesi, Adam y Jochum, 2006). Esta compleja interacción, participación y relación entre actores, en ámbitos sectoriales o plurisectoriales y en niveles regionales, nacionales o internacionales, en cada una de las políticas públicas, se define con el concepto de “redes de políticas públicas” o Policy Networks[1]. Estas redes o networks se pueden describir como actores públicos/privados y sus interacciones, más o menos estables, a través de las que dirigen, coordinan o controlan recursos materiales o inmateriales en un ámbito de políticas públicas de interés común (Heritier, 1993). Pero, no en todos los casos los actores mantienen entre sí una relación jerárquica (Agranoff y MacGuire, 1999) de hecho, los lazos entre ellos podrían estar o no institucionalizados (Heritier, 1993, John, 2001; Natera, 2005)[2].

http://desenchufados.net/el-cambio-climatico-es-como-un-reloj-de-arena-o-de-agua/
El concepto de Policy Networks se clarifica y se hace más comprensible cuando se focaliza en la temática medioambiental, ya que desde la década de los setenta con la Declaración sobre el Medio Humano en la Conferencia de Estocolmo en 1972; e incluso antes, en París 1968 con la Conferencia de la Biosfera, hasta el presente con la celebración de la Cumbre de Naciones Unidas sobre Cambio Climático en Doha (Qatar), la preocupación creciente por los efectos que la acción del hombre podría tener sobre el Planeta, ha sido objeto de multiplicidad de estrategias de acción, planes, instrumentos, reuniones, estudios, posicionamiento de gobiernos y de la sociedad en su conjunto (ver últimas noticias sobre el Protocolo de Kioto y su prórroga hasta 2020). Esto ha presentado y presenta no pocos problemas y desafíos que afrontar. Entre otros, mencionar la variedad de actores y acciones; las exigencias de llevar a cabo multitud de políticas de gobernanza eficientes en los ámbitos Estado-nación y, también, global-local; conseguir compromisos en el largo plazo; soluciones que dependen de avances tecnológicos y  científicos que suponen grandes costos y esfuerzos, etc. [3]

Con anterioridad a los años setenta, las cuestiones que hoy se incluyen en la temática ambiental eran visualizadas y fiscalizadas de forma individual para cada uno de los recursos o para las diferentes cuestiones a tratar. No se tenía una visión (o política) ambiental integral. De esta manera, los temas de recursos naturales eran tratados individualmente e incluidos en las agendas políticas de diferentes organismos con escasos nexos entre sí, como los recursos forestales/hídricos/minerales, fauna y flora, etc., para los que las políticas y el marco normativo concurrente se orientaban a cuestiones de producción y, en pocos casos, de conservación, imponiéndose una visión más bien sanitaria.

http://calentamientoglobaldelmundo-victoria.blogspot.com
Así pues, desde los años setenta despega en diferentes países el desarrollo y la inclusión de políticas, instrumentos, planes de acción que llevan a desarrollar en un primer momento, políticas sólo correctivas en materia medioambiental, avanzando posteriormente a políticas preventivas para, finalmente, intentar políticas pro-activas efectivamente transversales que conecten con otras políticas sectoriales públicas[4].

Ejemplo de esta concienciación creciente, es el documental estadounidense “Una Verdad Incómoda” (An Inconvenient Truth), presentado por el ex Vicepresidente de EE.UU., Al Gore, indicado por la profesora Carmen Navarro, dentro del módulo 5 del curso, que trata de concienciar, al mismo tiempo que estimular, fomentar y fortalecer la implicación de la sociedad en general en la lucha contra los devastadores efectos del calentamiento global, haciendo hincapié en la importancia de respetar el planeta cuidando, conservando y resguardando el entorno y el patrimonio natural para poder asegurar “un futuro” aceptable a la humanidad. Ya que como señala Lynton Caldwell (1984): “el mundo es la Tierra, más la Humanidad, más los cambios realizados por la Humanidad”.



BIBLIOGRAFÍA

AGRANOFF, R. y MCGUIRE, M. (1999) "Managing in networks settings", Policy Studies Review 16(1): 18-41.
HERITIER, A. (1993) "Policy Network Analysis: A Tool for Comparative Political Research", en H. Keman (ed.), Comparative Politics: new directions in theory and method, Amsterdam: University Press.
KRIESI, H., ADAM, S. y JOCHUM, M. (2006) "Comparative analysis of policy networks in Western Europe", Journal of European Public Policy 13(3): 341-361.
JOHN, P. (2001) "Policy networks", en K. Nash y A. Scott (eds.), The Blackwell companion to political sociology, Malden: Blackwell, pp. 139-148.
NATERA, A. (2005) "Nuevas estructuras y redes de gobernanza", Revista Mexicana de Sociología 67(4): 755-791.




[1] El concepto “red de políticas públicas” ha sido estudiado/analizado, entre otros, por Dowding, 1995; Jordan, 1990 y Marsh 1998.
[2] Ver artículo de Verónica Viñas y José Ignacio Cases “La política en la red”, presentado en el X Congreso Español de Ciencia Política y de la Administración, Murcia 7-9 de septiembre, 2011.
[3] Ver artículo de David Held y Angus Fane Hervey “Democracia, cambio climático y gobernanza global. La práctica democrática y el abanico de opciones políticas”. Traducción de Nadia Talamantes. Papeles de relaciones ecosociales y cambio global, nº 108, 2009.
[4] Ver “Desarrollo sustentable y cambio global” de Víctor L. Urquidi. México, 2007.

viernes, 7 de diciembre de 2012

“Una Verdad Incómoda” (An Inconvenient Truth), presentado por el ex Vicepresidente de EE.UU, Al Gore



Tras visionar el documental estadounidense “Una Verdad Incómoda” (An Inconvenient Truth) indicado por la profesora Carmen Navarro, dentro de las actividades del módulo 5, sobre “Políticas Públicas” del Curso de Especialista de Administración Pública, merece la pena dar unas breves pinceladas sobre este interesante documental presentado por el ex Vicepresidente de EE.UU, Al Gore, durante el mandato de Bill Clinton, que trata sobre los efectos del calentamiento global generado por la actividad humana en el planeta y por el que obtuvo:

-          en 2006, el Oscar al Mejor Documental y Mejor Canción Original para “I Need to Wake Up”,
-          en 2007, el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional
-      en 2007, el Premio Nobel de la Paz (premio que comparte con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas).

A lo largo de toda la cinta, Al Gore explica, argumenta y reflexiona sobre los devastadores efectos de la actividad humana sobre la tierra, del que responsabiliza a personas/gobiernos e industrias que lo generan, enfatizando sobre la necesidad de evitar la destrucción del planeta a través de la búsqueda de energías limpias. Sin embargo,  poco tiempo después (en noviembre de 2009), el escándalo Climategate y el desmedido aumento de la fortuna de Al Gore, junto a denuncias de numerosos científicos de la comunidad internacional, entre otras cuestiones, pondrían en duda la fiabilidad de muchos de los datos presentados en este documental.

Conectado con ello, en estos días se está celebrando en Doha (Qatar), la Cumbre de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en la que se esta viviendo una cuenta atrás “casi agónica” para aprobar una prórroga del Protocolo de Kioto que se aplica a países desarrollados (con excepción de EE.UU) y cuya fecha de caducidad expira el próximo 31/12/2012.

Las últimas noticias parecen indicar que en el tramo 2013-2020 se podría alcanzar una prórroga del protocolo, aunque comience en 2015 y con menos países involucrados comparado con el número de naciones que acordaron reducir emisiones en el acuerdo primigenio de 1997 (Japón, Canadá y Rusia ya han anunciado su intención de no renovar Kioto).

Y, ante esta situación límite, innumerables preguntas emergen solas… ¿se logrará consensuar un nuevo acuerdo internacional vinculante para 2020, tal y como se pactó en la reunión de Durban el año pasado??? ¿Se conseguirá que China y la India, dos de los grandes países contaminadores, no sometidos al Protocolo de Kioto, se sometan a esta futura nueva normativa??? O, por el contrario, todo el trabajo y esfuerzo realizado quedará en nada??? … Sólo el tiempo dirá.

Aqui os dejo el enlace a YouTube para los interesados en ver este documental: