sábado, 24 de noviembre de 2012

Democracia y Administración Pública...



En las últimas décadas, la intensa pérdida de legitimidad de la Administración Pública, como parte del sistema político institucional, es más que evidente. Mucho tiene que ver en ello los frecuentes casos de corrupción, el desprestigio de las clases políticas tras la pérdida de valores y la práctica desaparición de las ideologías (Baena del Alcazar, 2005), la invariabilidad en los estilos de gobernar, la percepción ciudadana de que la actuación política está regida por imperativos vinculados al poder (CIS, 1994) y que los ciudadanos no perciben de forma directa cuál es el impacto global de su participación en el juego democrático (Frías, 2001; Arenilla, 2011).
http://www.abengoa.es/web/es/gestion_responsable/

Por tanto, parece que la cuestión de fondo es política y cómo se ejerce el poder sobre los ciudadanos, o sea, cómo funciona la democracia. De ahí que Denhardt y Denhardt (2003) afirmaran que “el Gobierno no debería funcionar como un negocio; debería funcionar como una democracia”.

Y es aquí de donde radica la importancia del estudio de las Administraciones Públicas en nuestros días, en el hecho de que éstas son el principal instrumento con que cuenta un gobierno para aplicar su programa (Aguilera de Prat et al., 1987), y de que los gobiernos se legitiman, además hoy, no sólo por su carácter representativo, sino también por su acción. En este sentido, Valles (2000) define la Administración Pública como una organización integrada por personal profesionalizado, dotada de medios materiales y económicos de titularidad pública para llevar a la práctica las decisiones del ejecutivo. Las Administraciones Públicas son parte e instrumento de este ejecutivo político, que las necesita para que las políticas adoptadas no se queden en simple declaración e intenciones y se traduzcan en intervenciones directas sobre la realidad en la que se quiere incidir (Canales, 2002).

En esta línea, decir que las dificultades de la Administración para enfrentarse con la pérdida de legitimidad institucional son de origen diverso, uno relacionado con su misión y otro con su naturaleza política (Baena del Alcazar, 2005). Respecto al primero, debe resolver, entre otras, las siguientes contradicciones: garantizar la cohesión social, lo que implica un creciente gasto público, a la vez que debe aplicar políticas de contención del mismo; lograr la aceptación social de los nuevos cambios y compartir su consecución con una serie de agentes que pueden no responsabilizarse de sus resultados; y, además, legitimarse por el cumplimiento de la ley o por los resultados (Arenilla, 2011). Y es que, la democratización plena, la participación y la modernización de nuestro sistema político-administrativo, constituyen sin duda un proceso inacabado e inacabable (Canales, 2002).

http://economia.carpetapedagogica.com/2012/09
Así pues, es indispensable basarse en una nueva actitud, un nuevo enfoque, que supondría siempre un proyecto de obtener y mantener la credibilidad del Gobierno y la Administración. Esta distinta perspectiva del manejo de los asuntos públicos podría ser la Gobernanza, entendida ésta como la capacidad o aptitud para realizar fines públicos, procurando la interacción entre la pluralidad de subsistemas sociales existentes en las actuales y complejas sociedades globales, con diferentes niveles de gobierno y en el que se desarrollan cada vez más las nuevas tecnologías (Baena del Alcazar, 2005).

La actuación pública debe buscar la efectividad que se remite al futuro mediante la planificación estratégica, entendida como criterio político-social que contempla los referentes de actuación para la resolución de problemas. Entre estos se encuentran (Moreno-Jimenez, Pérez y Velazquez, 2010): la creación conjunta de una sociedad mejor (legitimidad, mejora de la democracia, aprendizaje individual, funcionamiento social, evolución de la especie), la identificación de los problemas y tópicos relevantes, la búsqueda de una continua formación de los ciudadanos y, en general, de la sociedad (Moreno-Jimenez y Polasek, 2003). La efectividad puede ser pasiva, responder o corresponder a las demandas o exigencias de la sociedad (criterio político); o activa, en la que los poderes públicos se adelanten a los acontecimientos y educen a la ciudadanía para poder dar una respuesta apropiada a los nuevos tiempos y exigencias (criterio social) y construir de manera conjunta una sociedad futura mejor (Moreno, 2010).

Por tanto, es fundamental que cualquier proceso reformador de la Administración Pública se encamine al fortalecimiento de la legitimidad del Estado y de la democracia mediante la adaptación de sus medios y relaciones a las necesidades y las demandas sociales, económicas o de otra índole (Arenilla, 2011). De esta manera cobra sentido, la frase de que lo propio de la Administración Pública es, no tanto prestar servicios como prestar democracia (Denhardt et al, 2003), esto es, reformar los espacios de convivencia, la integración social y el ejercicio de los derechos y libertades de los ciudadanos.


BIBLIOGRAFÍA

AGUILERA DE PRAT, C.R., y VILANOVA, P. (1987). Temas de Ciencia Política. Promociones, Publicaciones Universitarias. Barcelona.
ARENILLA, M. (2011). Crisis y reforma de la Administración Pública. Netbiblo, SL.
BAENA DEL ALCAZAR, M. (2005). Manual de Ciencia de la Administración. Síntesis. España.
CANALES, J.M. (2002). Lecciones de Administración y Gestión Pública. Universidad de Alicante.
CIS (1994).  Imágenes dominantes en el discurso social. E 2086. CIS, INMARK Estudios y estrategias.
DENHARDT, J.V.  y DENHARDT, R.B. (2003). The new public service: Serving not steering. Armonk, NY: M.E. Sharpe.  
FRIAS, S.M. (2001). Cultura política en España: conocimiento, actitudes y práctica. CIS, Opiniones y actitudes, nº 39.
 MORENO, J.M. (2010). Diseño de políticas públicas. Fijación de las actividades culturales y deportivas con la e-cognocracia. Ponencia en Tecnimap, Zaragoza.
MORENO-JIMENEZ, J.M., PEREZ-ESPES, C y VELAZQUEZ, M. (2010). La e-cognocracia en el diseño de las políticas públicas.
MORENO-JIMENEZ, J.M. (2003). E-democracy and Knowledge. A Multicriteria Framework for the New Democratic Era. Journal Multi-criteria Decision Analysis.
VALLES, J.M. (2000). Ciencia Política. Una introducción. Editorial Ariel, S.A. Barcelona.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Buena Gobernanza - Buen Gobierno ...



http://quito.empleo.com.ec/
Si se parte de la idea de que no hay una "Buena Gobernanza" sin un "Buen Gobierno" (Arenilla, 2011)[1], se esta poniendo sobre la mesa la necesidad de integrar en los procesos públicos a la sociedad civil y a los ciudadanos, de manera que interactúen democráticamente junto con administradores y políticos, respetando sus respectivos papeles (Bourgon, 2007)[2]. Esto implica la obligación del ciudadano de contribuir a la vida política de la comunidad (Petit, 1999), convirtiendo con esta participación política al individuo en ciudadano pleno y permitiéndole ganar espacios de libertad y de autonomía dentro de una democracia cada vez más participativa y deliberativa, … lo que no parece que se haya logrado ni que tampoco se pueda conseguir a medio plazo, al menos en el panorama español y, especialmente en los niveles gubernamentales superiores (Arenilla, 2011). Aunque, bien es cierto que se han experimentado cambios en las formas en que los responsables públicos se relacionan con su entorno social, sin embargo, no se han producido grandes transformaciones en este sentido (Streeck at al, 1985)[3].


Surge así la necesidad de concretar una nueva alianza entre el poder público y los ciudadanos que fortalezca las ideas de ciudadano y ciudadanía como referentes de la actuación pública y como una nueva manera de relacionarse el Estado con la sociedad, en la que el primero asuma un liderazgo responsable y la segunda se involucre en la marcha del primero. Todo remitiéndolo a un tema central: la democracia que se debe encontrar en el significado del poder político,en  la naturaleza del ciudadano y su papel en la sociedad y en las instituciones políticas (Arenilla, 2011). Siendo por ello importante, seguir avanzando en reforzar la Gobernanza a nivel estatal y global, sin olvidar el gobierno local y la aplicación plena del principio de subsidiaridad (Dror, 1994). En un mundo globalizado el eslabón local aparece como el más idóneo, no sólo para la mejor prestación de servicios públicos, sino también para el desarrollo y consolidación de la democracia ciudadana.


http://piramides-financiera.blogspot.com.es/2012/05/indicadores-financieros.html
En este sentido, comentar la proliferación de mediciones empíricas sobre la calidad de las instituciones, el buen gobierno y el clima para las inversiones, además de investigaciones conexas que conectan el impacto del buen gobierno en el desarrollo. Como ejemplo, mencionar los Indicadores del Desarrollo Mundial de Naciones Unidas[5] que proporcionan una completa selección de índices económicos, socio-demográficos y medioambientales (basados en datos del Banco Mundial y de más de 30 organizaciones asociadas); el Índice de Libertad Económica de Heritage Foundation[6], el Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas[7] o el Doing Business del Banco Mundial[8], el Índice de Desigualdad de Género[9], el Índice de Pobreza Multidimensional[10], o el IDH ajustado por la Desigualdad[11], entre otros. Sin embargo, también señalar que son diversos los estudios que han puesto de relieve que es complicado construir buenas series temporales de indicadores para las organizaciones públicas, puesto que parecen cambiar con bastante frecuencia (Pollitt, 1996[12]; Talbot, 1996[13]), lo que paradójicamente demuestra que a pesar del aumento de indicadores/índices, todavía siguen faltando datos empíricos (Pollitt, 1996)[14], válidos y fiables que permitan una comparación efectiva y rigurosa entre países (Pollitt at al., 2010)[15] y que promuevan el debate, la discusión y la investigación, así como la sensibilización sobre causas y consecuencias de trabajar por alcanzar un "Buen Gobierno".




[1] Arenilla, M. (2011). Crisis y Reforma de la Administración Pública. Netbiblo, SL.
[2] Bourgon, J. (2007). Gobierno receptivo, responsable y respetado. Hacia una nueva teoría de la Administración Pública. Revista Internacional de Ciencias Administrativas, vol. 73, marzo.
[3] Streeck, W.  y Schmitter, P.C. (1985). Private Interest Government: Beyond Market and State. Bristol: sage.
[12] Pollit, C (1996). Public Administration. London: Routlege.
[13] Talbot, C (1996). Ministers and Agencies: Control, Performance and Accountability. London: CIFA.
[14] Pollitt, C. (1996). Public Administration. London: Routlege.
[15] Pollitt, C. y Bouckaert, G. (2010). La reforma de la gestión Pública: Un análisis comparado. INAP, Madrid.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Algunas reflexiones sobre el sector público ...


 Los sistemas administrativos siempre han estado sometidos a presiones de diverso tipo. Sin ánimo de agotar la lista de tensiones sobre los Estados nacionales, se pueden destacar, entre otras posibles[1]:
-          el impacto creciente de las superestructuras de integración regional, como la U.E., sobre las políticas nacionales y los instrumentos administrativos que sirven para poner en práctica las políticas adoptadas tanto en los niveles nacionales como en los niveles supranacionales
http://espanol.cntv.cn/espanol/special/G20/portada/index.shtml
-          la internacionalización de la economía y, especialmente, de los mercados financieros
-          el cambio de las condiciones externas del entorno desde un mundo estable hacia un mundo dinámico, interdependiente y complejo
-          el cambio de valores de la sociedad, que supone en muchos países un reto endógeno y exógeno a las AP
-          el crecimiento de las funciones públicas en una situación de escasez galopante de los recursos financieros, que obliga “hacer más con menos”
-          el maridaje de la tecnología de la información y de la electrónica que supone un potencial enorme para reformar la AP y su relación con los ciudadanos, al mejorar la gestión de los servicios y permitir la coparticipación de los ciudadanos en las decisiones públicas
-          la presión democrática que se traduce en una demanda de más y mejores servicios, en Administraciones más transparentes, abiertas y personalizadas
http://curiosidadescuriosas.com/

Muchas de estas tensiones se han transmitido de unos sistemas a otros por los efectos de la globalización, actualmente omnipresente en toda manifestación pública (de la economía, de los mercados, de la competencia por un puesto de trabajo, de la producción, de la prestación de servicios y las distintas corrientes en el ámbito de la finanzas, de la información y de la vida en general). Entendiendo por globalización[2], los procesos en virtud de los cuales los Estados nacionales soberanos se entremezclan e imbrican mediante actores transnacionales y sus respectivas probabilidades de poder, orientaciones, identidades y entramados varios, creando vínculos y espacios sociales transnacionales, revalorizando culturas locales y atrayendo a primer plano terceras culturas. Pero, la singularidad de la globalización la constituye, tal y como ha señalado Beck (1997), la ramificación, densidad y estabilidad de sus recíprocas redes de relaciones regionales-globales empíricamente comprobables y de su autodefinición de los medios de comunicación, así como de los espacios sociales y corrientes irónicas en los planos cultural, político, económico, militar y económico[3].

Y ante este escenario, la gran mayoría de países de la OCDE[4] han tenido que abordar algún tipo de reforma para adaptarse a las nuevas condiciones de entornos cada vez más inestables, dinámicos y cambiantes. Sin embargo, las reacciones en ellos han sido muy diversas, debido entre otras cosas, a las distintas culturas político-administrativas dominantes (Loughlin y Peters, 1997; Ziller, 2001; Parrado, 2002).

Así, la pandemia de reformas de la gestión pública que se ha extendido por el mundo OCDE, sigue siendo un hecho (Olías de Lima, 2001; Parrado, 2002), ya que pocos gobiernos pueden permitirse no tener un programa de modernización/innovación del sector público que incluya medidas/iniciativas, como: el alcance de la intervención del Estado, la austeridad y el control presupuestario, una nueva relación entre ciudadanos-Estado que garantice la calidad del servicio público y la participación ciudadana en los procesos administrativos, entre otros aspectos centrales que cualquier agenda política debe incluir, forzosamente, desde hace algunas décadas[5].

Es más, resulta evidente que, si bien cada país tiene sus características/singularidades propias, hay muchos conceptos, prácticas y técnicas que se intercambian a nivel internacional. Este intercambio no es nuevo (Japón copió ciertas mejoras administrativas en el siglo XIX o Brasil adoptó elementos de la “gestión científica” de Estados Unidos en los años 30), pero parece haber aumentado enormemente. Como ejemplo, la publicación de “Cartas de los Ciudadanos” en el Reino Unido (1991), Francia (1992), Bélgica (1992), Portugal (1993) e Italia (1993), y al compromiso de los Gobiernos para crear agencias ejecutivas en el Reino Unido (a partir de 1988), los Países Bajos (a partir de 1994), Jamaica (a partir de 1999), Tanzania (a partir de 1996) y Japón (a partir de 2000). Esta importación y exportación de ideas y prácticas ha sido facilitada por organizaciones internacionales y supranacionales como el Servicio de Gestión Pública de la OCDE (PUMA), el Banco Mundial o la Comisión Europea[6]. No obstante, las trayectorias seguidas por cada uno de estos países, desde la combinación de ideas, características externas/internas, acciones e inacciones adoptadas, entre otros factores a señalar, han sido diferentes en cada uno de ellos, lo que no ha impedido un posible análisis con criterios similares (Pollit et al., 2004). Además, muchas de las técnicas y métodos de gestión incorporados por las AP han llegado desde el sector privado, lo que ha generado y sigue generando reticencias ideológicas y, también, de carácter cultural (Olías de Lima, 2001), con efectos y consecuencias igualmente distintas.

Es tal, la complejidad existente en las actuales sociedades, con una pluralidad de subsistemas sociales relacionados y entrecruzados, que ha forjado nuevas ideas sobre el Gobierno y la actividad administrativa. De ellas, destacar la “governance”, término que se ha traducido por “gobernanza[7]”, que según Baena del Alcalzar (2005) hace referencia a la capacidad/aptitud para realizar fines públicos, actuando en el contexto social sobre varios subsistemas sociales interrelacionados, lo que supone un nuevo enfoque en el manejo de los asuntos públicos[8]. Pero, no es fácil ponerse de acuerdo en una definición de gobernanza. No obstante, según el Libro Blanco sobre la Gobernanza Europea (Comisión, 2001)[9], se puede entender como las normas, procesos y comportamientos de los sistemas sociales y políticos debidos a la interacción de los actores involucrados en estos que influyen en el ejercicio del poder público, especialmente desde el punto de vista de la apertura, la participación, la responsabilidad, la eficacia y la coherencia. 

Pero, a pesar de las aportaciones/bondades de la gobernanza, las flaquezas de este enfoque se han ido visibilizando desde sus primeras conceptualizaciones, como[10]:
-          su vinculación al debilitamiento de la democracia, ya que a las redes acceden pocos actores y apodera a los que son fuertes; las redes no fomentan la transparencia, la publicidad, ni la rendición de cuentas; existe poca claridad y transparencia en el establecimiento de los criterios para participar en la red; se debilita la representación de cargos electos y de las instituciones representativas, generando déficit democrático; se resiente la responsabilidad de estos; las redes difuminan el límite entre lo público y lo privado poniendo en riesgo los derechos y las libertades individuales; las redes fomentan más los intereses individuales que los comunitarios; y las redes pueden dificultar los cambios e innovaciones sociales y políticos al basar sus acuerdos en un mínimo común denominador (Arenilla, 2011; Prats, 2010; Fleury, 2002);

-          otras limitaciones se relacionan con la eficacia, como, la lentitud en llegar a acuerdos; dilución de la responsabilidad, lo que dificulta el cumplimiento de objetivos de la red y la evaluación de las estrategias emprendidas; desviación de los objetivos iniciales por la dinámica flexible en la que actúan; capacidad reducida de acción de la red cuando deserta algún actor en situaciones determinantes (Arenilla, 2011; Fleury, 2002).

Pero, que duda cabe, que sí plantea y trata de resolver algunas cuestiones, aunque estas no sean centrales. Como recoge Dowding (1995), “la gobernanza puede ser entendida como una herramienta de análisis de la realidad”, que además, no tiene la pretensión de explicar todos los fenómenos que ocurren en las instituciones políticas y administrativas, por lo que es necesario combinarla con aportaciones de otras corrientes como la burocracia, las políticas públicas o la NGP (Arenilla, 2011).

No obstante, es preciso seguir avanzando en un marco teórico que permita dar respuestas a varias de las cuestiones que todavía siguen abiertas, como los conflictos entre participación ciudadana y legitimidad democrática (Sartori, 2002); entre responsabilidad social-política y legitimidad democrática; la formación del bien común o interés general; así como la relación entre comunidad y Estado, entre otras.

http://www.gerardoromo.com.mx/2012/08/31/construyamos-instituciones-para-una-efectiva-participacion-ciudadana/


BIBLIOGRAFÍA

ARENILLA, M. (2011). Crisis y reforma de la Administración Pública. Netbiblo, SL.
BAENA, M. (2005). Manual de Ciencia de la Administración. Síntesis. España.
BECK, U. (1997). ¿Qué es la globalización? Falacias del globalismo y respuestas a la globalización. Editorial Paidos. Barcelona, 2001.
CANALES, J.M. (2002). Lecciones de Administración y Gestión Pública. Universidad de Alicante.
COMISIÓN EUROPEA (2001). La Gobernanza Europea. Un libro blanco. COM (2001). Bruselas.
DOWDING, K. (1995). Model or metaphor? A critical review of the policy network approach. Political Studies, 43.
FLEURY, S. (2002). El desafío de la gestión de las redes de actores. Revista Instituciones y Desarrollo.
LOUGHLIN, J.  y PETERS, B.G. (1997). State Traditions, Administrative Reform and Regionalisation. In: Keating & Loughlin (eds.)
OLÍAS DE LIMA, B. (2001). La nueva gestión pública. Pearson Educación, Madrid.
PARRADO, S. (2002). Sistemas  administrativos comparados. Editorial Técnos. Madrid.
PRATS, J. (2010). Políticas de buena administración para la Administración General del Estado en España. Un enfoque de Gobernanza Democrática, en J. Ruíz-Huerta y M. Villoria (Dirs.). Gobernanza democrática y fiscalidad. Madrid. Técnos.
POLLIT, C. y BOUCKAERT, G. (2004). La Reforma de la Gestión Pública: Un análisis comparado. INAP, Madrid.
SARTORI, G. (2002). ¿Qué es la democracia? Madrid, Taurus.



[1] Parrado, S. (2002). Sistemas administrativos comparados. Editorial Técnos. Madrid.
[2] Beck, U. (1997). ¿Qué es la globalización? Falacias del globalismo y respuestas a la globalización. Editorial Paidos. Barcelona, 2001.
[3] Ibídem.
[4] Naschold (1995) compara las políticas de modernización de diez países de la OCDE y demuestra que se ha respondido a estas presiones, bien con estrategias tradicionales de recorte del sector público, bien con la modernización de los métodos de gestión.
[5] Parrado, S. (2002). Sistemas administrativos comparados. Editorial Técnos. Madrid.
[6] Pollit, C. y Bouckaert, G. (2004). La Reforma de la Gestión Pública: Un análisis comparado. INAP, Madrid.
[7] No es una idea de carácter unívoco. Se han mantenido distintas concepciones aunque se encuentran relativamente próximas unas a otras (Baena del Alcazar, 2005).
[8] Baena del Alcalzar, M. (2005). Manual de Ciencia de la Administración. Editorial Síntesis, Madrid.
[9] Comisión Europea (2001). La Gobernanza Europea. Un libro blanco. COM (2001). Bruselas.
[10] Arenilla, M. (2011). Crisis y reforma de la Administración Pública. Netbiblo, SL.

sábado, 3 de noviembre de 2012

"¿Vencedores o vencidos?" de Stanley Kramer

 http://www.fox.es/dvd/vencedoresovencidoseljuiciodenuremberg/10348/
El film ¿Vencedores o vencidos?, cuyo título original es "Judgment at Nuremberg", dirigida en 1961 por Stanley Kramer, ha resultado un complemento perfecto al módulo 3 del Curso de Especialista en Dirección Pública impartido por el profesor Sanmartín, sobre Sistemas Político-Administrativos Comparados.

En esta magistral obra se narran acontecimientos históricos de peso que se suceden en el juicio internacional celebrado en la ciudad de Nuremberg, 3 años después de terminar la IIª Guerra Mundial, contra cuatro juristas alemanes que permitieron y legalizaron atrocidades en el genocidio nazi. 

La genialidad en la interpretación de magníficos actores y actrices tan destacados como Spencer Tracy, Burt Lancaster, Richard Widmark, Marlene Dietrich, Judy Garlan, Montgomery Clift,  Maximilian Schell y William Shatner, entre otros, capaces  de transportar al espectador a la sociedad alemana del momento llena de claros-oscuros sobre lo ocurrido entre 1933-1945 con el Tercer Reich, hicieron que este film obtuviera 11 nominaciones a los Oscars, logrando, finalmente: Oscar al mejor actor para un excelente abogado defensor interpretado por Maximilian Schell y de un merecidísimo Oscar al mejor guión adaptado de Abby Mann.

El papel del juez norteamericano retirado, Dan Haywood (Spencer Tracy), encargado de dictar sentencia, que opta por no quedarse con la información dada en la sala sino que investiga, pregunta y se cuestiona, haciendo reflexionar al espectador sobre un tema tan complicado y delicado como fue el exterminio nazi y sus implicaciones/conexiones con el resto de la población alemana que vivió tan duros momentos, es de destacar.

Historias como la de Irene Hoffmann (Judy Garland) y la de Rudolfh Petersen (Montgomery Clift), ponen sobre la mesa la crueldad extrema del régimen nazi que para defender el antisemitismo, el anticomunismo y el pangermanismo (unificación de todos los pueblos de origen germano) llegaría a aplicar políticas de esterilización y penas de muerte indiscriminadamente. 

La reflexión del espectador tras el visionado de la cinta, es inevitable. Son muchos y variados los temas de análisis que se pueden plantear, como, entre otros:
  •  la situación de dura crisis económica, social y política presente en el pueblo alemán entre la Iª y la IIª Guerra Mundial, principalmente, tras la derrota de Alemania en la Iª Gran Guerra y las duras condiciones impuestas por los vencedores en el Tratado de Versalles
  • cómo se permitió que un "loco-salvador" como Hitler ascendiera y se consolidara en la República democrática de Weimar, llegando a Canciller en enero de 1933???... Una República avanzada para su tiempo, que rebosaba por sus cuatro costados espíritu de concordia y buen entendimiento, en la que por primera vez aparecía el término "social" como búsqueda de la "justicia social" pretendida ¿¿¿??? ... tal vez, influyera una incontenible Depresión Mundial unida a la dura crisis que azotaba el país???
  • qué valores imperaron en una sociedad alemana a la que se concienció y adoctrinó sobre la necesidad de eliminar a determinados grupos considerados una "lacra" en la comunidad, para justificar barbaries y atrocidades???
  • cómo se llegó a la aprobación por unanimidad de las Leyes de Nuremberg en 1935???
  • qué valor tenía la vida humana para la mayoría??? 

Revivir a través de la pantalla del ordenador lo que fue el Holocausto con la muerte de más de 17 millones de personas (judíos, gitanos, comunistas, etc.), por asfixia, hambre, trabajos forzados o disparos, todos ellos víctimas de una total indefensión e incomprensión ante la mayoría, resulta, realmente, conmovedor y escalofriante. Pensar en el escaso valor que la vida humana tenía si se pertenecía a determinados colectivos "no gratos" para el régimen, así como el menosprecio y el desconocimiento sobre derechos humanos que originaron una barbarie sin parangón hasta ese momento, hiela la sangre. Fue tal el horror vivido y percibido a nivel internacional que impulso al finalizar la IIª Guerra Mundial la necesidad de proteger los Derechos Humanos para las personas sin distinción en todos los pueblos de la tierra.

Pero, ¿¿¿hemos aprendido de los grandes horrores/errores de la historia??? o, por el contrario, ¿¿¿se siguen cometiendo brutalidades/salvajadas/masacres/violaciones en países distintos, con personas distintas??? ¿¿¿Cuál es el valor de una vida en las sociedades actuales??? ¿¿¿Tienen el mismo valor las personas en cualquier parte del mundo??? O sin embargo, ¿¿¿existen víctimas de primera, de segunda y hasta de tercera categoría??? ¿¿¿Cuántos millones y millones mueven las empresas armamentísticas a nivel internacional???, ... que cada cual responda. 

Y todo ello, por encima de Declaraciones Universales y buenas voluntades...  que, en demasiadas ocasiones, sólo se quedan en papel mojado.

Aqui os dejo el enlace a youtube para los interesados: