sábado, 24 de noviembre de 2012

Democracia y Administración Pública...



En las últimas décadas, la intensa pérdida de legitimidad de la Administración Pública, como parte del sistema político institucional, es más que evidente. Mucho tiene que ver en ello los frecuentes casos de corrupción, el desprestigio de las clases políticas tras la pérdida de valores y la práctica desaparición de las ideologías (Baena del Alcazar, 2005), la invariabilidad en los estilos de gobernar, la percepción ciudadana de que la actuación política está regida por imperativos vinculados al poder (CIS, 1994) y que los ciudadanos no perciben de forma directa cuál es el impacto global de su participación en el juego democrático (Frías, 2001; Arenilla, 2011).
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Por tanto, parece que la cuestión de fondo es política y cómo se ejerce el poder sobre los ciudadanos, o sea, cómo funciona la democracia. De ahí que Denhardt y Denhardt (2003) afirmaran que “el Gobierno no debería funcionar como un negocio; debería funcionar como una democracia”.

Y es aquí de donde radica la importancia del estudio de las Administraciones Públicas en nuestros días, en el hecho de que éstas son el principal instrumento con que cuenta un gobierno para aplicar su programa (Aguilera de Prat et al., 1987), y de que los gobiernos se legitiman, además hoy, no sólo por su carácter representativo, sino también por su acción. En este sentido, Valles (2000) define la Administración Pública como una organización integrada por personal profesionalizado, dotada de medios materiales y económicos de titularidad pública para llevar a la práctica las decisiones del ejecutivo. Las Administraciones Públicas son parte e instrumento de este ejecutivo político, que las necesita para que las políticas adoptadas no se queden en simple declaración e intenciones y se traduzcan en intervenciones directas sobre la realidad en la que se quiere incidir (Canales, 2002).

En esta línea, decir que las dificultades de la Administración para enfrentarse con la pérdida de legitimidad institucional son de origen diverso, uno relacionado con su misión y otro con su naturaleza política (Baena del Alcazar, 2005). Respecto al primero, debe resolver, entre otras, las siguientes contradicciones: garantizar la cohesión social, lo que implica un creciente gasto público, a la vez que debe aplicar políticas de contención del mismo; lograr la aceptación social de los nuevos cambios y compartir su consecución con una serie de agentes que pueden no responsabilizarse de sus resultados; y, además, legitimarse por el cumplimiento de la ley o por los resultados (Arenilla, 2011). Y es que, la democratización plena, la participación y la modernización de nuestro sistema político-administrativo, constituyen sin duda un proceso inacabado e inacabable (Canales, 2002).

http://economia.carpetapedagogica.com/2012/09
Así pues, es indispensable basarse en una nueva actitud, un nuevo enfoque, que supondría siempre un proyecto de obtener y mantener la credibilidad del Gobierno y la Administración. Esta distinta perspectiva del manejo de los asuntos públicos podría ser la Gobernanza, entendida ésta como la capacidad o aptitud para realizar fines públicos, procurando la interacción entre la pluralidad de subsistemas sociales existentes en las actuales y complejas sociedades globales, con diferentes niveles de gobierno y en el que se desarrollan cada vez más las nuevas tecnologías (Baena del Alcazar, 2005).

La actuación pública debe buscar la efectividad que se remite al futuro mediante la planificación estratégica, entendida como criterio político-social que contempla los referentes de actuación para la resolución de problemas. Entre estos se encuentran (Moreno-Jimenez, Pérez y Velazquez, 2010): la creación conjunta de una sociedad mejor (legitimidad, mejora de la democracia, aprendizaje individual, funcionamiento social, evolución de la especie), la identificación de los problemas y tópicos relevantes, la búsqueda de una continua formación de los ciudadanos y, en general, de la sociedad (Moreno-Jimenez y Polasek, 2003). La efectividad puede ser pasiva, responder o corresponder a las demandas o exigencias de la sociedad (criterio político); o activa, en la que los poderes públicos se adelanten a los acontecimientos y educen a la ciudadanía para poder dar una respuesta apropiada a los nuevos tiempos y exigencias (criterio social) y construir de manera conjunta una sociedad futura mejor (Moreno, 2010).

Por tanto, es fundamental que cualquier proceso reformador de la Administración Pública se encamine al fortalecimiento de la legitimidad del Estado y de la democracia mediante la adaptación de sus medios y relaciones a las necesidades y las demandas sociales, económicas o de otra índole (Arenilla, 2011). De esta manera cobra sentido, la frase de que lo propio de la Administración Pública es, no tanto prestar servicios como prestar democracia (Denhardt et al, 2003), esto es, reformar los espacios de convivencia, la integración social y el ejercicio de los derechos y libertades de los ciudadanos.


BIBLIOGRAFÍA

AGUILERA DE PRAT, C.R., y VILANOVA, P. (1987). Temas de Ciencia Política. Promociones, Publicaciones Universitarias. Barcelona.
ARENILLA, M. (2011). Crisis y reforma de la Administración Pública. Netbiblo, SL.
BAENA DEL ALCAZAR, M. (2005). Manual de Ciencia de la Administración. Síntesis. España.
CANALES, J.M. (2002). Lecciones de Administración y Gestión Pública. Universidad de Alicante.
CIS (1994).  Imágenes dominantes en el discurso social. E 2086. CIS, INMARK Estudios y estrategias.
DENHARDT, J.V.  y DENHARDT, R.B. (2003). The new public service: Serving not steering. Armonk, NY: M.E. Sharpe.  
FRIAS, S.M. (2001). Cultura política en España: conocimiento, actitudes y práctica. CIS, Opiniones y actitudes, nº 39.
 MORENO, J.M. (2010). Diseño de políticas públicas. Fijación de las actividades culturales y deportivas con la e-cognocracia. Ponencia en Tecnimap, Zaragoza.
MORENO-JIMENEZ, J.M., PEREZ-ESPES, C y VELAZQUEZ, M. (2010). La e-cognocracia en el diseño de las políticas públicas.
MORENO-JIMENEZ, J.M. (2003). E-democracy and Knowledge. A Multicriteria Framework for the New Democratic Era. Journal Multi-criteria Decision Analysis.
VALLES, J.M. (2000). Ciencia Política. Una introducción. Editorial Ariel, S.A. Barcelona.

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